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Writer's pictureJosué Sánchez Marín, MEdMR

La enseñanza del Inglés en Costa Rica, ¿estamos tan mal?


La respuesta corta y políticamente correcta sería “no estamos tan bien como nos gustaría”. El Marco Común Europeo de Referencia para las Lenguas (MCER) establece que, para alcanzar un nivel de inglés como el C1, que es de los niveles más altos y permite un manejo avanzado y autónomo del idioma, se necesitan aproximadamente 800 horas de instrucción, distribuidas desde los niveles básicos hasta el avanzado. En Costa Rica, los estudiantes de primaria reciben 5 lecciones semanales de 40 minutos cada una, lo que equivale a 3 horas y 20 minutos por semana, o aproximadamente 13 horas y 20 minutos al mes. Sin embargo, este tiempo efectivo se ve reducido por factores como días feriados, incapacidades, permisos docentes, actos cívicos, carga administrativa y otras eventualidades que restan tiempo efectivo de instrucción en las lecciones.


Además, la calidad de los docentes es un factor clave. Actualmente, el sistema educativo se centra en la revisión de atestados académicos y si está o no incluido en una lista de elegibles, pero no evalúa de manera integral las aptitudes pedagógicas ni la competencia práctica en la enseñanza del inglés. Esto limita el impacto de las horas de clase disponibles y dificulta alcanzar los estándares internacionales.


Costa Rica podría fortalecer su modelo educativo inspirándose y contextualizando elementos de el programa “Ceibal en Inglés” de Uruguay (ver aquí). Este innovador proyecto utiliza tecnología para llevar la enseñanza del inglés a estudiantes de escuelas públicas, especialmente en áreas rurales y con poca disponibilidad de docentes calificados. A través de videoconferencias, los estudiantes tienen acceso a clases en vivo impartidas por profesores especializados desde distintas partes del mundo. Este modelo permite la enseñanza sin depender exclusivamente de docentes locales y asegura un estándar de calidad homogéneo.


El éxito del programa se debe a tres factores principales:


1. Uso eficiente de la tecnología: Combina clases remotas en vivo con actividades presenciales facilitadas por docentes locales capacitados.


2. Evaluación continua: Realiza un seguimiento detallado del progreso de los estudiantes y adapta las estrategias de enseñanza según sus necesidades.


3. Inclusión social: Prioriza escuelas en contextos vulnerables, asegurando acceso igualitario al aprendizaje del inglés.


Costa Rica ya ha dado pasos importantes hacia la inclusión del inglés desde edades tempranas. El programa Hummingbird se destaca como una iniciativa remota que integra el aprendizaje del inglés en escuela menos dotadas, utilizando tecnología para superar barreras logísticas y mejorar la cobertura en zonas con escasez de docentes calificados. Este programa demuestra que el país tiene la capacidad de implementar soluciones modernas, aunque enfrenta desafíos de sostenibilidad y ampliación de escala, esto debido a la extrema burocracia que tiene el sistema educativo, falta de docentes capacitados para la enseñanza a distancia y a la falta de conectividad en muchas regiones del país.


Por otro lado, es crucial que los “teachers” participen activamente en el diseño e implementación de políticas educativas, no otros entes políticos que podrían tener posiciones sesgadas. Estos profesionales, con su conocimiento directo del aula, comprenden las necesidades y limitaciones reales del sistema educativo. En cambio, consultar exclusivamente a expertos externos puede resultar en estrategias poco apegadas a la realidad y que no se adapten al ambiente escolar, generando desmotivación entre los docentes e impactando negativamente en los estudiantes.


Adicional a esto, según el Índice de Dominio del Inglés de Education First (EF EPI) de 2023, Argentina lidera en América Latina con un nivel de dominio “alto”, ocupando el puesto 28 a nivel mundial. Le siguen países como Honduras, Costa Rica y Uruguay, que se ubican en niveles “buenos”. Sin embargo, naciones como México y Haití presentan niveles “bajos” y “muy bajos”, respectivamente, reflejando una disparidad significativa en la región.


En conclusión, para garantizar que los estudiantes costarricenses puedan adquirir el inglés como segundo idioma desde preescolar, es necesario:


• Maximizar el tiempo efectivo de clase.

• Garantizar la calidad docente con evaluaciones más completas.

• Implementar modelos innovadores como el de Ceibal en Inglés.

• Consolidar programas nacionales como Hummingbird.

• Asegurar la participación activa de los docentes en la toma de decisiones.


Con un enfoque integral, Costa Rica puede aspirar a un sistema educativo que prepare a las nuevas generaciones para competir en un mundo cada vez más globalizado.






Bibliografía


• Education First. (2023). Índice de Dominio del Inglés (EF EPI). Recuperado de https://www.ef.com

• Fundación General Universidad de Málaga (FGUMA). (n.d.). Horas lectivas necesarias para cada nivel del MCER. Recuperado de https://fguma.es/idiomas-horas-nivel-mcer

• World Bank Blogs. (2020). Ejemplos exitosos de cómo escalar la enseñanza y el aprendizaje en tiempos del COVID-19. Recuperado de https://blogs.worldbank.org/es/education

• Statista. (2023). Países latinoamericanos según su nivel de dominio del inglés. Recuperado de https://es.statista.com

• OpenAI. (2024). Contenido generado por ChatGPT. Recuperado el 8 de diciembre de 2024, desde https://chat.openai.com

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