El arte de reaprender: una mirada al sistema educativo y a la vida
- Josué Sánchez Marín, MEdMR

- Oct 12
- 4 min read
En un mundo que cambia a velocidad del Fórmula 1, la capacidad de volver a aprender se ha convertido en una habilidad que es tan crucial como importante. El sistema educativo, que tradicionalmente se estableció para proporcionar conocimiento, ahora se enfrenta al desafío de ayudar a los estudiantes a dejar de lado las viejas formas de pensar y desarrollar nuevos procesos de pensamiento. Este proceso no es solo una simple actualización de la información, sino que implica un cambio cultural significativo, donde los errores, la curiosidad y la adaptabilidad mental se convierten en herramientas de enseñanza clave. Como menciona Cortina en 2024, la ética del conocimiento debería centrarse en el desarrollo humano en lugar de solo en la eficiencia tecnológica, recordándonos que volver a aprender es fundamentalmente un acto humano.
En el entorno educativo, volver a aprender significa reconocer que el conocimiento ya no es fijo o limitado al entorno escolar. La educación en el siglo XXI se ocupa de un entorno en el que los estudiantes adquieren conocimientos en varios entornos (digitales, sociales y experienciales) y en el que los profesores cambian de ser la única fuente de conocimiento a facilitadores del aprendizaje. Según Moreno González en 2016, la creatividad y las artes son poderosas vías para esta transformación, pues ayudan a reinterpretar lo que se ha aprendido y crean espacios simbólicos para la inclusión y la reflexión. De esta manera, la enseñanza se redefine como un diálogo continuo que involucra conocimiento, sentimientos y contextos.
Por lo tanto, el sistema educativo necesita adoptar un enfoque que trabaje el reaprendizaje activo. Las metodologías activas, como el aprendizaje basado en proyectos o basado en problemas, alientan a los estudiantes no solo a recopilar información, sino a reconstruirla críticamente. Espejo y Sarmiento en 2017 sugieren que los docentes deberían crear experiencias donde los estudiantes "hagan, piensen y reflexionen sobre lo que hacen", convirtiendo el aula en un espacio vivo para la experimentación mental. En este sentido, la educación pasa de ser una carrera a encontrar respuestas correctas a una búsqueda continua de nuevas preguntas.
Volver a aprender también implica cuestionar lo que ya tenemos por verdad. Durante muchos años, el sistema educativo ha favorecido la memorización sobre la comprensión, la conformidad sobre la creatividad y las pruebas sobre la exploración. Sin embargo, la teoría crítica en la educación, como la describió Winkle-Wagner en 2019, fomenta la reconsideración de los métodos de análisis y las estructuras de poder que mantienen las desigualdades en el aprendizaje. Desde este punto de vista, el acto de volver a aprender es altamente político: requiere romper con la pasividad y ver el conocimiento como un medio de empoderamiento.
En un sentido más íntimo, la habilidad de volver a aprender va más allá de los entornos educativos. En algún punto de nuestras vidas, todos enfrentamos la necesidad de reconstruir nuestras percepciones sobre nosotros mismos y la realidad que nos rodea. Tanto la vida como la educación requieren que nos adaptemos y a mantener una actitud humilde. El proceso de reaprender a querer, confiar, perdonar o reiniciar tras un fracaso son prácticas esenciales que evalúan nuestra capacidad de desarrollo personal, de resiliencia. Menin y Temporetti (2012) afirman que el conocimiento no es algo que se revela, sino que se construye en conjunto, un concepto que también se aplica a nuestra existencia: cada día nos obliga a reinterpretar nuestra experiencia para seguir creciendo y mejorando.
En esta travesía, el error cambia de rol, pues pasa de adversario a educador. Jensen (2018) indica que, según las neurociencias educativas, el cerebro retiene mejor la información cuando tiene la oportunidad de experimentar, fallar y volver a intentarlo. Así, volver a aprender no implica desechar lo anterior, sino fusionar lo que hemos adquirido con una nueva perspectiva, hacer un scaffolding. El cambio verdadero acontece cuando comprendemos que el aprendizaje no es un destino final, sino un proceso interminable de revisión, ajustes y nuevos descubrimientos.
Por ello, en el ámbito educativo y en la vida misma, el acto de reaprender se considera un acto de valentía. Significa renunciar a la seguridad de lo familiar, de lo común y enfrentarse a la incertidumbre. Aquellos que se animan a dar este paso reconocen que no todo está en sus manos, pero también descubren que cada error puede brindarle la oportunidad de crecer. Este concepto, aunque parezca sencillo, constituye el fundamento de una sociedad que es resiliente y creativa, capaz de reinventarse ante los desafíos globales.
En síntesis, la habilidad de reaprender representa la esencia de la evolución humana. En el ámbito escolar, prepara a los alumnos para un futuro incierto; en la vida, nos facilita la adaptación sin perder la esperanza. Volver a aprender implica aceptar que el aprendizaje nunca es definitivo, que todo conocimiento es transitorio, que siempre existe la posibilidad de comenzar de nuevo y que aveces el nuevo conocimiento se construye sobre otro antiguo. En un mundo que valora la velocidad, el volver a aprender nos invita a pausar, reflexionar y recordar que el verdadero avance radica no en acumular más conocimiento, sino en entender de una manera más profunda y flexible.
Referencias
Cortina, A. (2024). ¿Ética o ideología de la inteligencia artificial? El eclipse de la razón comunicativa en una sociedad tecnologizada. Paidós.
Espejo, R., & Sarmiento, R. (2017). Manual de apoyo docente: Metodologías activas para el aprendizaje. Universidad Central.
Jensen, E. (2018). Teaching with the brain in mind. ASCD.
Menin, O., & Temporetti, F. (2012). Reflexiones acerca de la escritura científica: investigaciones, proyectos, tesis, tesinas y monografías. Homo Sapiens Ediciones.
Moreno González, A. (2016). La mediación artística: Arte para la transformación social, la inclusión social y el desarrollo comunitario. Octaedro.
Winkle-Wagner, R., Lee-Johnson, J., & Gaskew, A. (2019). Critical theory and qualitative data analysis in education. Routledge.







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